No siento temor. Mi sangre está alcanzando a las estrellas;
los astros son mi sangre.
No te dejes matar por ningún astro, por este pez celeste, por este dios de
los ríos que tus manos eternas fabricaron.
Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, Dioses Montañas, Dios Inkarrí:
mi pecho arde. Vosotros sois yo, yo soy vosotros, en el inagotable furor
de este “Jet”.
No bajes a la tierra.
Sigue alzándote, vuela más todavía, hasta llegar al confín de los mundos
que se multiplican hirviendo, eternamente. Móntate sobre ellos,
dios gloria, dios hombre.
Al Dios que te hacía nacer y te mataba lo has matado ya, semejante mío,
hombre de la tierra.
¡Ya no morirás!
He aquí que el “jet” da vueltas, movido por la respiración de los dioses
de dioses que existieron, desde el comienzo hasta el fin que nadie sabe
ni conoce.
https://www.youtube.com/watch?v=Kbs-W-Ygm2E
canción
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